21 de abril de 2005

Haiku

Contra la noche
la luna azules pinos
pinta de luna.

Hattori Ransetsu

Versión de Octavio Paz

Autorretrato

AUTORRETRATO

En mi lanza
llevo ensartados panes.
Por mi lanza
escurre vino de Ismaros.
Apoyado en mi lanza,
de pie, en el alto,
sano, sereno, impasible,
como y bebo.

Arquíloco

Versión de Jorge Hernández Campos

De Marilina Rébora

MAR DE VIDRIO

Dijiste: «Mar de vidrio», Señor, y es lo que quiero;
un mar que te refleje en toda tu grandeza,
por sobre el cual camines -tu lámpara, el lucero-
para ver, al trasluz, del mundo la tristeza.

Dijiste mar de vidrio, un cristal sin bisel
ni resquebrajaduras, sólo un único trozo,
en cuya superficie se reproduzca fiel
el que ríe feliz o el que ahoga un sollozo.

Y el mar tuyo, Señor, ése al que te refieres,
¿tendrá, al igual que el nuestro, arenas, caracoles?
¿Ondularáse en olas, si es así que lo quieres?

¿Revolarán gaviotas por verse en sus espejos?
¿Dormirá en él un sol o acaso muchos soles,
también vidrio sus crestas, de coral, con reflejos?

Marilina Rébora

Piano

PIANO
PIANO

En la suavidad de la penumbra, una mujer canta para mí,
y me lleva por la pasarela de los años, hasta ver
un niño sentado bajo el piano, en el estruendo vibrante de las
cuerdas,
asiéndose de los piesecillos firmes de la madre que sonríe al cantar.

A pesar de mí mismo, el dominio subrepticio del canto
me traiciona, hasta llorar el corazón por volver a ser parte
de esas viejas noches de domingo en casa, afuera el invierno
y los cánticos en la estancia acogedora, el piano tintineante nuestro
guía.

No tiene caso ahora que la cantante irrumpa clamorosa
con el gran piano negro appassionato. El embeleso de
los años infantiles me rodea, mi virilidad se derrumba
en el flujo del recuerdo, lloro como un niño por el ayer.

D. H. Lawrence

Versión de Jorge Alcázar