10 de junio de 2005

A la rosa

CULTIVO UNA ROSA BLANCA...

Cultivo una rosa blanca,
En julio como en enero,
Para el amigo sincero,
Que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca,
El corazón conque vivo,
Cardo ni ortiga cultivo,
Cultivo una rosa blanca.

José Martí


ROSA ÚNICA

La hierba crece ahora
en todos los crepúsculos donde antes sonreías.

La hierba o el olvido. Es igual.
Entre mi dolor y tu silencio,
hay una calle por la que te alejas lentamente.

Hay cosas que no digo porque ciertas palabras
son como embarcarse en interminables viajes.
Para mi amor siempre tendrás veinte años.
Mientras yo cante en tus ojos habrá agua limpia,
porque ya para siempre
mi amor te rodea de cristal.

Puedes morir mil veces.
Inmutable en el canto estás.
Puedo olvidarte.
Mas olvidada, resplandecerás.

¿Qué son las luciérnagas
sino remotas luces
que extintos amadores antaño encendieron?
¿Qué son sino carbones
de hogueras que perduran,
tras que sus caras y sus bocas se rompieron?

Te digo que ni el rocío
con tu rostro se atreverá.
No envejecerá la muchacha que,
reclinada en mi sangre,
un día miró una rosa hasta volverla eterna.

Ahora la rosa eterna está.
Yo la distingo única,
perfecta, en los jardines.
Por montañas y collados
búscanla gentíos.
Sólo mis ojos que tus ojos vieron,
pueden mirar.

Manuel Scorza


LAS ROSAS
LES ROSES

Si tu frescura a veces nos sorprende tanto,
dichosa rosa,
es que en ti misma, por dentro,
pétalo contra pétalo, descansas.

Conjunto bien despierto cuyo centro
duerme, mientras se tocan, innumerables,
las ternuras de ese corazón silencioso
que suben hasta la extrema boca.

Rainer Maria Rilke

Versión de Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán

AL CABALLERO DE LA ROSA

En su abrazo yo abrazaba todas las rosas:
las rosas de la piedra y las del sueño,
las rosas del torrente y las del vino,
las furibundas rosas cinceladas
sobre el cráneo del sol, en ajetreo continuo;
las de apretada nieve, rosas, con que ciño
mi frente en un círculo de llamas;
y las implacables que coronan
la espina de la rosa;
las que disgrega el éxtasis en torno
a los banquetes del amor, y las que llueven
ceniza y agonía
sobre la faz del moribundo;
las rosas del poema y las del humo,
las rosas del rosario y las del tigre,
las invisibles rosas de mi sangre y las azules
que hará brotar mi muerte,
mi terraza barrida y la brisa de las rosas
entrando por los balaustres de la tarde;
las rosas que treparon la escalera,
y la que se prendió a la cerradura
al él cerrar la puerta;
las rosas de su sexo y de su pie
restañadas y aún tibias sobre el lienzo
alimenticio y lechal de la mañana,
las rosas del que llegó y aún no se ha ido;
en sus brazos yo las abrazaba:
la lacerante rosa aún no podada
que balancea su olvido sobre el tallo;
y la incomparable que perdura
en todo lo que fue, o pudo no haber sido;
la rosa desnuda de la rosa.

Rosario Ferré


DEL ROSAL VENGO

Del rosal vengo, mi madre,
vengo del rosale.

A riberas de aquel vado,
viera estar rosal granado;
vengo del rosale.

A riberas de aquel río,
viera estar rosal florido;
vengo del rosale.

Viera estar rosal florido.
cogí rosas con sospiro;
vengo del rosale, madre,
vengo del rosale.

Gil Vicente


SONETO A LA ROSA

En el aire quedó la rosa escrita.
La escribió, a tenue pulso, la mañana.
Y, puesta su mejilla en la ventana
de la luz, a lo azul cumple la cita.

Casi perfecta y sin razón medita
ensimismada en su hermosura vana;
no la toca el olvido, no la afana
con su pena de amor la margarita.

A la luna no más tiende los brazos
de aroma y anda con secretos pasos
de aroma, nada más, hacia su estrella.

Existe, inaccesible a quien la cante,
de todas sus espinas ignorante,
mientras el ruiseñor muere por ella.

Eduardo Carranza


LA ROSA

Esta rosa en el cielo, inmóvil, pura;
y este aire, que la cerca, y la convida:
y ella, en su propio sueño suspendida,
serena, en su voluble arquitectura.

Es casi de cristal, en la segura
presencia de su línea estremecida:
tan perfecta, en el tono, y la medida,
exactos, de su tedio y su hermosura.

El aire pasa, y ella, sola, queda,
embriagada en su tácito perfume,
oculta entre su tálamo de seda.

Y en la alta noche su virtud resume
trémula gota que, en la sombra rueda,
y en estéril silencio se consume!

José Umaña


LA ROSA ENFERMA
THE SICK ROSE

¡Oh rosa, estás enferma!
El gusano invisible
que vuela en la noche,
en la tormenta aullante,

Ha encontrado tu lecho
de alegría carmesí,
y su secreto amor oscuro
destruye tu vida.

William Blake

Versión de Homero Aridjis

EPITAFIO A LA ROSA

Rompo una rosa y no te encuentro.
Al viento, así, columnas deshojadas,
palacio de la rosa en ruinas.
Ahora -rosa imposible- empiezas:
por agujas de aire entretejida
al mar de la delicia intacta,
donde todas las rosas
-antes que rosas-
belleza son sin cárcel de belleza.

Mariano Brull