3 de febrero de 2009

Con ojos de vida: Cesare Pavese

CREACIÓN

Estoy vivo y sorprendí las estrellas en el alba.
La compañera sigue durmiendo y no lo sabe.
Todos los compañeros duermen. El día claro
me es más límpido que los rostros sumergidos.

A lo lejos pasa un anciano: se va al trabajo
o a disfrutar la mañana. No somos distintos,
ambos respiramos el mismo resplandor
y fumamos tranquilos para engañar el hambre.
También el cuerpo del viejo debe de ser puro
y vibrante tendría que estar desnudo frente a la mañana.

Esta mañana la vida nos descubre en el agua
siempre joven, los cuerpos de todos estarán al descubierto.
Habrá un gran sol y la aspereza del camino
y el rudo cansancio abatiendo bajo el sol
y la inmovilidad. Estará la compañera
un secreto de cuerpos. Cada uno entregará su voz.

No hay voz que quiebre el silencio del agua
bajo el alba. Ni nada que vibre
bajo el cielo. Sólo una tibieza que derrite las estrellas.
Uno tiembla al oír la mañana estremeciéndose
toda virgen, como si ninguno de nosotros estuviera despierto.
Versión de Renato Sandoval

PASARÉ POR LA PLAZA ESPAÑA
PASSERÒ PER PIAZZA SPAGNA

Habrá un cielo claro.
Se abrirán las calles
sobre la colina de pinos y de piedras.
El tumulto de las calles
no cambiará aquel aire inmóvil.
Las flores rociadas
de colores en la fuente
atisbarán como mujeres
divertidas. Las escaleras,
las terrazas, las golondrinas
cantarán bajo el sol.

Se abrirá aquella calle,
las piedras cantarán,
el corazón latirá estremeciéndose
como el agua en las fuentes —
será esta la voz
que subirá tus escaleras.

Las ventanas sabrán
el olor de la piedra y del aire
matinal. Se abrirá una puerta.
El tumulto de las calles
será el tumulto del corazón
en la luz perdida.

Estarás tú — inmóvil y clara.
Versión de Hugo Ramírez Gamarra

VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS
VERRÀ LA MORTE E AVRÀ I TUOI OCCHI

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
-esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo-. Tus ojos
serán una vana palabra,
un grito acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola sobre ti misma te inclinas
en el espejo. Oh querida esperanza,
también ese día sabremos nosotros
que eres la vida y eres la nada.
Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
como contemplar en el espejo
el resurgir de un rostro muerto,
como escuchar unos labios cerrados.
Descenderemos en el remolino mudos.
Versión de Carles José i Solsora

Etiquetas: ,