Soneto
SONETO
SONNET
Soñé anoche que Filis, de regreso, bella como lo fue en la luz del día,
quiso que yo gozase su fantasma,
nuevo Ixión abrazado a una nube.
Se deslizó en mi lecho murmurando,
ya desnuda su sombra: "Al fin he vuelto,
Damón, y más hermosa: el reino triste
donde me guarda el hado, me embellece.
Vengo para gozarte, bello amante,
vengo por remorir entre tus brazos".
Después, cuando mi llama se extinguía:
"Adiós -dijo-, regreso entre los muertos.
De joder con mi cuerpo te jactabas,
jáctate hoy de haber jodido mi alma".