18 de abril de 2005

De Francisco Cervantes

SOMBRÍO EN LA MADRUGADA

A veces, despierto entre la niebla
Me saco del pecho el corazón
Y oigo su sonido de tezontle metálico,
Acaso más fuerte que mis lágrimas
Que manchan las huellas
De unos pies ya perdidos,
No los pasos.
Siento cómo alcanzan detrás de los balcones
La claridad de mis turbias emociones:
Caballos o perros sin amo
En caminos de dos o tres autos.
Comprendo el rencor de la luz que proyecta
Esta ya fatal asociación
De mi vida con los días.

Francisco Cervantes

Algunos sueños que ellos olvidaron

ALGUNOS SUEÑOS QUE ELLOS OLVIDARON
SOME DREAMS THEY FORGOT

Los pájaros muertos cayeron sin que nadie
los hubiera visto volar o pudiera
imaginar desde dónde. Eran negros,
sus ojos estaban cerrados, y nadie
supo qué clase de pájaros eran. Pero todos
se apoderaron de ellos y miraron
hacia arriba, por el reciente y largamente
infundibilizado cielo.
También cayeron gotas oscuras. Se recogieron
en los canales del tejado, se congregaron
en los cielosrrasos sobre los hechos de todos ellos;
toda la noche, gotiformas misteriosas,
colgaron sobre sus cabezas, se esparcieron
después entre sus dedos distraídos, rápidas
como el rocío hojas afuera.
Y ellos, ¿dónde había visto
bayas silvestres tan perfectamente negras como éstas
y que brillaran igual al alba? Señuelos
de centro negro, en altas ramas, o debajo
de las hojas. Venenosas, pensaron
y las olvidaron o -¡recuerda!- comieron
de los sobrecargados árboles. ¿Qué flores
se encogen como semillas, como éstas o la aguileña?
Pero hacia las ocho o las nueve, los sueños
de todos ellos son inescrutables.

Elizabeth Bishop

Versión de Ulalume González de León