26 de enero de 2005

De Nancy Morejón

MADRE

Mi madre no tuvo jardín
sino islas acantiladas
flotando, bajo el sol,
en sus corales delicados.
No hubo una rama limpia
en su pupila sino muchos garrotes.
Qué tiempo aquel cuando corría, descalza,
sobre la cal de los orfelinatos
y no sabía reír
y no podía siquiera mirar el horizonte.
Ella no tuvo el aposento de marfil,
ni la sala de mimbre,
ni el vitral silencioso del trópico.
Mi madre tuvo el canto y el pañuelo
para acunar la fe de mis entrañas,
para alzar su cabeza de reina desoída
y dejarnos sus manos, como piedras preciosas,
frente a los restos fríos del enemigo.

Nancy Morejón

De Pedro Garfias

ROMANCE DE TUS OJOS

Cómo he buscado tus ojos
anoche, tus ojos negros.
Todo era negro en la noche.
Por las ventanas del cielo
veía asomar tus ojos,
tus ojos negros,
y los míos los buscaban
desalados por el viento
hasta volver a sus nidos
como pájaros enfermos.
De los árboles colgaba
tu negra mata de pelo.
Pero tus ojos, ¿adónde?
¿Adónde tus ojos negros?

Pedro Garfias

Haiku

¡Ah, el mendigo!
El verano lo viste
de tierra y cielo.

Enamoto Kikaku

Versión de Octavio Paz