24 de agosto de 2006

Mis lectores

MIS LECTORES

Un viejo vagabundo en Addis-Abeba
Que ha conquistado muchas tribus,
Me envió con un lancero negro
Un mensaje hecho con mis propios versos.
Un teniente veterano en mil batallas
Cierta vez en el mar del sur,
Bajo el fuego de baterías enemigas,
Me leyó toda la noche mis versos.
Un hombre que entre el gentío
Disparó al enviado del zar,
Se acercó a darme la mano,
Agradecido por mis versos.

Mis lectores son fuertes, perversos y alegres,
Asesinos de hombres y elefantes,
Pueden morir de sed en el desierto,
O congelarse al borde del eterno hielo;
Son leales a nuestro planeta
También alegre, fuerte y perverso,
Y llevan mis libros en sus bolsas de viaje,
Los leen en los palmares
O los olvidan en los barcos que naufragan.

No los ofendo con mi neurastenia,
Ni los vejo con mi ardor espiritual,
No los canso con insinuaciones serias
Cuyo fondo no vale la pena.
Pero cuando alrededor silban las balas,
Cuando las olas rompen la borda,
Les enseño con mis versos a no temer,
A no temer y hacer lo que corresponda.
Y cuando una mujer de rostro hermoso,
Sintiéndose la más bella del mundo,
Les dice que ya no los ama,
Yo les enseño entonces a sonreír,
A marcharse para no regresar jamás.
Y cuando les llegue su última hora,
Una bruma roja y exacta cubrirá sus miradas.
Entonces les enseñaré a recordar
La vida cruel y bondadosa,
La tierra ajena y natal
Y les mostraré cómo comparecer ante Dios
Con palabras sencillas y sabias
Y a esperar de él, tranquilamente, su juicio.

Nikolái Gumiliov

Versión de Jorge Bustamante García