7 de junio de 2005

Acerca de Hölderlin

AMANTE LOCO, DAMA MUERTA

Oh, mi Diótima.
¿No es de mi Diótima de quien estáis hablando?
Trece hijos me parió, uno de ellos es Papa,
Sultán el siguiente, el tercero zar de Rusia.
¿Y sabéis qué le pasó?
Loca, es como le fue, loca, loca, loca.


Trece funerales me hicieron cuando morí.
Pero ella no vino a ellos. Encerrada en una torre.
Así son las cosas: Se fue a la vuelta,
al jardín donde se encuentran los amantes,
caminando, hablando juntos. Del otro lado del muro.
No hay nadie. Hasta que ustedes las visitas vienen.
¿Escribirá el cadáver un poema hoy
sobre su dama loca?

Pero te diré un secreto: nos encontramos.
A la vuelta, del otro lado del muro
está siempre nuestro jardín,
descansando, con flores de cada estación.
Vendremos cada uno de una calle oscura
y el sol brilla.
Ella ríe cuando le digo
que es como estar muerto.
Río cuando me da
noticias de nuestros hijos locos,
quienes se han abierto paso en el mundo.

No hay poema hoy, señor.
Vaya a casa. En un sueño verá
cómo se remueven los muertos
hacia la locura. Y parecen olvidar
a sus amados, cada uno en su propia calle oscura.
Como tus amados locos
parecen olvidar sus muertos.
Así son las cosas. No hay nadie.
Oh, mi Diótima.
Esperándome en el jardín.

Michael Hamburger

Versión de Homero Aridjis

HIPERIÓN CANTA A SU DESTINO
HYPERIONS SCHICKSALSLIED

¡Vagáis en alta luz
y suelo blando, genios de la gloria!
Las deslumbrantes ráfagas divinas
os son tan leves como
a las cuerdas sagradas
los dedos de la música doncella.

Sin cruz de la fatalidad respiran,
cual infante que duerme, los empíreos;
virginal se conserva
en honesto capullo,
para ellos eterna florescencia,
su porción del Espíritu,
y esas pupilas venturosas
miran con sosegada,
eterna transparencia.

Pero nosotros vamos condenados
a jamás encontrar nuestro reposo,
y la sufrida especie
vacila derrumbándose
a ciegas, una hora
tras la otra,
igual que el agua va cayendo
de peña en peña,
perenne su caer a lo desconocido.

Hölderlin

Versión de Jaime García Terrés