9 de julio de 2004

¡Escuchad!

¡ESCUCHAD!
ПОСЛУШАЙТЕ!

¡Escuchad!
Acaso, si las estrellas brillan,
¿es que hay a quién le haga falta?
¿Es que alguien quiere que estén?
¿Es que alguien toma estas escupitinas por perlas?
Y a gritos,
entre polvaredas de mediodía,
se abre paso hacia dios,
teme que nadie le espere,
llora,
besa su mano nervuda,
ruega,
¡habrá por fuerza una estrella!
clama,
¡no aguantará este calvario a oscuras!
Y después
anda inquieto,
con expresión de calma.
Le dice a alguien:
«¿Acaso ya no tienes nada?
¿No da miedo?
¡¿Sí?!»
¡Escuchad!
Acaso, si las estrellas
brillan,
¿es que hay a quién le haga falta?
¡¿Es que es preciso
que cada vez que anochece
sobre los tejados
se encienda siquiera una estrella?!

Vladimir Maiakovski

Versión de Gabriel Dols